Perséfone era la hermosa hija de Deméter, diosa de la agricultura.
Fue raptada por Hades mientras recolectaba flores en los campos de Nisa. Furiosa por este acto, Deméter lanzó una maldición sobre la tierra que produjo una gran hambruna, y aunque uno por uno los dioses fueron a pedirle que la levantase para que la humanidad dejase de sufrir, ella aseguraba que la tierra permanecería estéril hasta que volviese a ver a su hija. Por fin intervino Zeus, quien a través de Hermes pidió a Hades que devolviese a Perséfone. Éste accedió, «pero antes de partir tomó un grano de granada, que es dulce como la miel y que Hades le ofreció porque sabía que así tendría que regresar.»
Deméter preguntó a Perséfone a su regreso a la luz y el aire: «¿No habrás probado bocado mientras estabas abajo? Porque si aún no lo has hecho podrás vivir con nosotros, pero si algo comiste, tendrás que volver allí, pasarás los inviernos en la tierra profunda y al llegar el calor y la tierra esté verde con nosotros vendrás a reunirte de nuevo.»
Esto la ató a Hades y al Inframundo, para gran consternación de Deméter. No está claro si Perséfone fue cómplice del ardid. Zeus propuso un compromiso, al que accedieron todas las partes: del año, Perséfone pasaría tres meses con su marido.Es durante esta época cuando el invierno cae sobre la tierra, una expresión de tristeza y luto.
Por eso en la primavera la tierra se llena de flores, porque Perséfone está con su madre.
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